JUAN MANUEL BLANCO,
un CHEFF con GARRAS
Juan Manuel Blanco no solo cocina, vive la gastronomía con la misma intensidad con la que el mar embiste la costa y el fuego acaricia la leña. Criado en pleno campo, su infancia estuvo marcada por el contacto con los animales, las plantas, la ganadería y la agricultura. Aprendió desde niño a respetar el producto en su forma más pura, a comprender los ciclos de la vida y a valorar el trabajo de quienes cultivan, crían y pescan con sus propias manos. Un conocimiento que con el tiempo se convirtió en la base de su cocina.
A los 15 años cruzó por primera vez las puertas de una cocina profesional. No fue con un cuchillo en la mano ni con el reconocimiento de un chef, sino con un cubo y un estropajo, limpiando ollas gigantes y suelos llenos de harina. Pero en ese bullicio de fuegos, órdenes rápidas y platos que salían con precisión milimétrica, encontró su pasión. Cada servicio era una lección, cada fallo, un nuevo aprendizaje. Con esfuerzo y dedicación, pasó de ser pinche a liderar brigadas, convirtiéndose en jefe de cocina. Su esfuerzo y entrega lo llevaron a escalar posiciones hasta convertirse en jefe de cocina, en un camino marcado por el esfuerzo y la dedicación.
Autodidacta incansable, vivió de cerca la revolución gastronómica de los años 90, cuando España se convirtió en epicentro culinario mundial. Observó, escuchó, experimentó y aprendióde los grandes, absorbiendo cada técnica, cada concepto, cada filosofía que hoy plasma en sus platos.
Como chef de Entre Aguas, Su cocina refleja el equilibrio entre la esencia rústica de sus orígenes y la vanguardia gastronómica de hoy. Un reflejo de su historia: productos frescos que hablan por sí solos, la tradición respetada con devoción y la innovación como bandera. Cada plato es un viaje, un homenaje a la mar y a la tierra, un recordatorio de que la cocina no es solo alimento, sino emoción, recuerdo y pasión en estado puro.